Cuando solemos pensar en cambiar alguna parte del mobiliario de la casa, no solemos hacerlo sobre la cama o el colchón ya que suelen ser muebles que duran bastante tiempo. Pero realmente ¿la cama que estamos utilizando está cumpliendo correctamente su función y es la que necesitamos ahora? Tenemos la errónea costumbre de cambiar de colchón únicamente cuando ya estamos incómodos y están en verdadero mal estado.
Las 8 pistas para saber que necesitamos cambiar de colchón
El tiempo del colchón
Cuando compramos un colchón nos suelen decir el tiempo que más o menos nos durará, que suelen ser 9-10 años. Dependiendo luego de los materiales o las composiciones de los colchones, el paso del tiempo y el uso variará en su desgaste, ya que hay algunos más duraderos que otros.
Uso
No es lo mismo el utilizar un colchón diariamente los 365 días del año que hacerlo esporádicamente. Si el uso es diario donde duermes todas las noches durante años, el colchón tenderá a durarte menos tiempo.
Es importante saber que un colchón que usas de forma esporádica no quiere decir que te vaya durar el doble de tiempo, simplemente te aguantará un poco más en buen estado.
Cambios corporales
Siempre tenemos que adaptar el colchón a nuestro cuerpo y no al revés y tenemos que tener muy en cuenta los cambios que este sufre. El cambio según crecemos, las necesidades de nuestro cuerpo como puede ser amoldar mejor la espalda, más firmeza para la zona lumbar… Pasamos muchas horas a la semana durmiendo por lo que tenemos que hacerle más fácil al cuerpo el descanso para coger fuerzas para el resto del día.
Deformación del colchón
Los colchones suelen coger forma en distintas partes por los hábitos que tenemos al dormir y el propio peso de nuestro cuerpo. Es por eso que de vez en cuando es bueno girar o darle la vuelta, para que vuelva a amoldarse a la forma original. Llegamos cierto punto y por muchas vueltas que continuemos dándole, ya no hay manera de aprovechar el colchón por lo que ha llegado la hora de cambiarlo.
Desgaste del somier
Lo mejor cuando cambiamos de colchón es hacerlo también del somier. Solemos pensar que al ser la base no la desgastamos como lo hacemos con el colchón, pero o es así. El uso habitual y el paso del tiempo hace que los somieres necesiten también cambiarse para no deformen a su vez del colchón.
Incomodidad
Puede pasar que cuando hemos dormido en otro colchón distinto al habitual hemos descansado mejor y te levantas con mejor ánimo. Este puede ser el detonante para que nos demos cuenta de que efectivamente tu colchón ha llegado al final de su vida útil y tu cuerpo te está diciendo ¡renueva!
Mudanza
No hay mejor momento para cambiar de colchón que cuando nos embarcamos a hacer una mudanza. Recoger toda la casa, los muebles, la ropa y demás nos puede ayudar a hacer limpia y ver su estado actual.
No descansas
Esta es la circunstancia más habitual que solemos tener en cuenta a la hora de cambiar de colchón ya que es la más evidente. “Me levanto con dolor de espalda” “no he descansado nada esta noche” suelen ser expresiones que utilizamos cuando nos levantamos y las achacamos a todo menos al estado del colchón.
Te dejamos aquí algunas ideas para escoger tu cama económica moderna.
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